PROPIEDAD INTELECTUAL DE LAS SEMILLAS, UN INSULTO A LA VIDA Y LA AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS

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La amenaza de los alimentos transgénicos está cada vez más cerca de recalar en territorio Chileno. La presión surgida luego del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos para que Chile adhiera al convenio internacional denominado UPOV 91 (Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales), el cual permite registrar como propiedad privada ciertas especies vegetales, incluyendo sus semillas.
http://farm2.static.flickr.com/1318/5140753584_55ec2a063d.jpgDe suceder esto, los obtentores, principalmente empresas transnacionales de la agroindustria, tendrán el completo control de la especie inscrita y sus frutos, así como también de su comercialización, mientras que los campesinos y agricultores rurales e indígenas que aún mantienen vivas la prácticas ancestrales para la producción de alimento, serán obligados a pagar un impuesto por la utilización de las semillas previamente registradas, o de lo contrario, “se penalizará y criminalizará de diversas formas su accionar”, según consta en un artículo escrito por Alejandra Ruiz Tarrés, miembro del equipo del Observatorio Laboral Chile (http://bit.ly/96TtWd).

Ideología de la “modernización”


Actualmente en Chile está vigente la Ley N°19.342 la cual regula los Derechos de los Obtentores de Nuevas Especies Vegetales y el convenio UPOV 78. La presión de Estados Unidos, los grupos económicos, la clase dirigente y demás defensores de la privatización de todo bien facultado a ser transable en el mercado, ha comenzado a presionar para la derogación de la ley 19.342 con el fin de establecer un marco legal que garantice la aplicación del UPOV 91 y el avance en la modernización en cuanto a la propiedad intelectual; he ahí la razón de la actual discusión por aprobar el Proyecto de Ley que Regula Derechos sobre Obtenciones vegetales y Deroga ley N° 19.342, más conocida como la Ley de Obtentores Vegetales.

Actualmente este proyecto de ley se encuentra en su segundo trámite constitucional y está siendo estudiado por la Comisión de Agricultura de la Cámara del Senado. De aprobarse esta ley, Chile habrá propiciado el control de la biodiversidad autóctona de nuestros territorios a empresas transnacionales, abriendo a su tiempo el libre flujo de transgénicos al igual como ha ocurrido en Brasil y Argentina, por cuanto la “obtención” de una nueva especie vegetal, también contempla el mejoramiento de una ya existente por vías de alteración y modificación genética.

Lo que se viene

La agricultura tal como la conocemos hoy en día, estará determinada por el control de la industria mundial de alimentos, y los campesinos y agricultores indígenas no podrán seleccionar, mejorar, obtener, guardar, multiplicar ni intercambiar semillas si es que no es con el expreso permiso, y previo pago del tributo pertinente, a los dueños de cualquier especie vegetal.
Además, por omisión se dejará abierta la posibilidad de la expansión de los farmocultivos, ampliamente conocidos por su toxicidad e impacto en el suelo y comunidades cercanas.
Y por si esto fuera poco, una de las situaciones más graves y que ya ha sido denunciada por grupos ambientalistas, es el establecimiento en su artículo 48 que las propias empresas pueden oficiar de garantes para el cumplimiento de las disposiciones de la ley, es decir, que los dueños de la propiedad intelectual de estas semillas tienen plenas facultades para actuar como un cuerpo fiscalizador y denunciar el uso, en cualquier escala, de las semillas registradas.

Ciudadanía en alerta v/s sesgo mediático

http://www.polo-austria.at/images/no-monsanto.jpgLos medios de comunicación y mercenarios de los grandes grupos económicos y políticos no han dudado en posicionar el tema en la palestra, como el caso de El Mercurio, para sensibilizar a la población de los supuestos beneficios que esta modificación propiciará tanto a los obtentores como a la economía del país; aludiendo a un tema de “modernización” y “crecimiento económico”, o a la “inseguridad de inversión” o a la “desventaja competitiva” respecto a otros países que ya han adherido al UPOV 91, en el caso de que se siga dilatando su aprobación. (referencia Revista del Campo El Mercurio marzo 2010 / http://bit.ly/aKDBzD)
En sentido opuesto, la sociedad organizada y conciente de la amenaza que representa esta medida por la violación del conocimiento popular y ancestral desarrollado generación tras generación por el campesinado chileno, en cuanto al perfeccionamiento genético de nuestros alimentos vegetales, hoy se ha levantado una campaña a través de la web para la recolección de firmas para ser enviadas al senado para manifestar la oposición de la ciudadanía que no desean entregar a privados el futuro de los alimentos.

“Esto va en contra de la liberación de los transgénicos y a favor de la agricultura orgánica y/o biológico-dinámica y de sus productos saludables. Rechazamos la privatizacion del conocimiento y de nuestro patrimonio en beneficio de las transnacionales. Las semillas son la base de nuestra agricultura, del conocimiento y de la seguridad alimentaria, herencia de nuestros antepasados y derecho de las generaciones presentes y futuras. La vida no es de marca registrada”, explica uno de los enunciados de un grupo de facebook “VOTA, NO A LA PRIVATIZACIÓN DE LAS SEMILLAS EN CHILE!!!” que se encuentran apoyando esta campaña.

La dirección para realizar una firma y con ello expresar el rechazo a las actuales políticas que se están desarrollando a la espalda de la ciudadanía y en favor de las grandes corporaciones alimenticias del mundo, es http://www.thepetitionsite.com/1/no-a-la-privatizacion-de-semillas .
*Para conocer el estado actual de la discusión en el senado del proyecto de ley, visita
http://sil.congreso.cl/cgi-bin/sil_proyectos.pl?6355-01

Vía: La Alternativa.org

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